La vida amoral, les lleva a donde no quieren ir y les ataca. Los empapa y los alimenta, esta adentro y afuera de ellos, en las venas. Un lago, cualquier lago no tiene forma, o mejor, tiene la forma que cada uno le da. La piedra podría insertarse hasta las profundidades más recónditas del lago, en tanto que el árbol irremediablemente estaría condenado a conocer la superficie. El lago es la vida.
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2 comentarios:
y si la esperanza continúa allí, encajada, encrustada en un fofo fondo, es porque la esperanza aún no se ha liberado...
¡que los dioses nos guarden de que esa peste se desborde y quedemos como tontos, esperanzados, a pura fe, tragándonos cada día la verde ilusión de que alguien nos salvará de nuestra propia vida!
Lo estuvimos, arlequino, lo estuvimos.
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