Piedra

Una piedra roja en medio de la nada se piensa a sí misma. En un tiempo cualquiera se quiebra en dos. Al verse separada, la roca pensante intenta insistentemente fusionarse de nuevo. Concentra energía para atraer a sus piezas. Pero no lo logra. Las partes chocan una y otra vez. En cada choque producen agua, aire, tierra, fuego, madera… cada encuentro una cosa… y así, lo que en un principio era una piedra, que luego se separó, y que posteriormente a fuerza de intentos por volver a unirse produjo involuntariamente las cosas, terminó por desgastarse. Llegado el momento de no ser más que un grano de arena -de un grano de arena- de la piedra roja primigenia, justo antes de su último golpe, se dio cuenta de que más que juntarse se estaba dividiendo. No obstante el último choque es inevitable.

1 comentario:

Natasha dijo...

detrás de la cortina de sombras habían más cosas... designios muy oscuros grabados en el estuche