Cordia,
Soñé la puerta de tu cuerpo, le decías ábrete y se abría. Entré en ti, como luz a borbotones. Me vi desnudo, sentado, con la cabeza inclinada. Mi pelo estaba cubierto con tus flores blancas. Mis pupilas dilatadas no me veían, mis manos colgaban sin fuerzas entre mis piernas semiabiertas. Intentaba encontrar la puerta, pero había desaparecido. En ese espacio euclidiano mis voces surgían de todos los ángulos posibles, en todas las edades posibles. La máscara se iban transformando m e apropiaba de los gestos del otro del otro del otro…
Pd.
Cordia, Cordia, Cordia. Esto no es sueño, fui las primeras manos que delinearon tu cuerpo, la primera boca en desnudarte. Te amo. Te amo más que a mí mismo.

2 comentarios:

Arleqino dijo...

sin condiciones de propiedad privada...
que dulce suena eso.

Natasha dijo...

A veces , a veces, no te digo que no... una moratoria siempre es buena, con tal de conservar la libertad